Siempre es difícil ser el marginal, el extraño, el único, el bicho raro... A mi como a muchos otros homosexuales, me ha tocado enfrentarme al rechazo, la discriminación, las burlas, los miedos y prejuicios, de los demás y de los propios; es por eso que dar la cara y enfrentarse a la vida fuera del closet no es fácil, hay que ser muy valiente, porque es una pelea solitaria y dura, pero una pelea que es a la vez liberadora y sanadora, una pelea que crea puentes y acercamientos con los otros, tanto homosexuales como heterosexuales.
A mi me toco dar una pelea; que ha diferencia de la de otros que no solo enfrentan a los demás sino que también a si mismos, yo siempre me acepte y me senti feliz de ser gay; fue una pelea contra el sistema, contra lo que se considera lo correcto, contra el miedo de ser marginado, el hazme reír, la vergüenza familiar y muchas otras cosas, me toco darla desde pequeño, porque yo soy consciente de mi homosexualidad desde que tengo memoria. Recuerdo como mi papá, un gran jugador de fútbol, macho alfa, veía frustradas sus esperanzas de que yo dominara el balón o que al menos mostrara interés en ese deporte(o en cualquier deporte), me toco afrentar las miradas burlonas de muchos cuando a los 5 pedí una Barbie para navidad, que por lo demás si recibí, me toco ser el “colita” del curso por mucho tiempo, me toco ser el primo “finito” en las reuniones familiares y en parte el niño que nadie quisiera tener, vi esas miradas de lástima a mi mamá porque su único hijo era “mariconcito”; vi como mi mamá, a pesar de mis excelentes calificaciones y buen comportamiento, de ser el mejor hijo, sentía que yo era su fracaso, casi prefería un hijo alcohólico o drogadicto a uno gay. Frente a toda esa adversidad, nunca dudé de ser gay, nunca me quise menos ni me menosprecie, solo que no lo decia a todos; siempre me he sentido feliz de ser gay, jamás renegare de ello.
Es triste ver a esos homosexuales que no solo los demás no los quieren, sino que ellos tampoco lo hacen. Cuando uno se asume, se acepta y se empieza a querer, es más fácil que los demás también lo hagan, cuando se vive la homosexualidad de forma natural y espontánea, la gente es más tolerante y respetuosa.
Creo que es nuestro deber dar la pelea educando a los demás, a nuestros cercanos, a quienes nos rodean y no entienden nuestra forma de querer, es nuestro deber educarnos de temas como el VIH y el SIDA, no podemos como población de riesgo tener los mismos prejuicios y conceptos equivocados que el resto, creo que debemos ser nosotros quienes hagamos que ser homosexual no sea motivo de vergüenza, debemos ser nosotros los primeros en sentir orgullo de quienes somos para que los demás puedan aceptarnos tal y como somos. El esconderse solo sirve para ayudar a la desinformación y que aumenten los prejuicios y se escuchen las voces de quienes nos condenan.
Es importante dar la lucha y enseñarle al mundo que la mayoría de sus miedos son prejuicios y conceptos equivocados y tergiversados, debemos enseñar que ser homosexual es solamente otra forma de amar...
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